Después de una noche de sueño, Helena una bonita rubia con sus edredones y los frenos en los dientes, se prepara para tomar el desayuno como todas las mañanas, olvidando por completo que el abuelo de su compañera de habitación está en el apartamento. Al entrar en la sala de estar en ropa interior sexy, Helena encuentra al papi George que está en el proceso de tocarse con un masturbador de plástico. Impresionada por la fuerza de su polla, esta guarra decide satisfacer esa fantasía que siempre tuvo con los viejos calvos. Tímidamente, ella se sienta al lado de papi que está un poco avergonzado. Para tranquilizarlo, ella comienza a acariciar su hombro mirando hacia su entrepierna. En este momento el viejo pervertido se anima, toma la mano de la rubia y la pone encima de la polla. La rubia lo masturba un instante, antes de sumergir la boca bien abierta para hacerle una buena mamada. Mientras que chupa la polla vieja, no puede dejar de acariciarle la cabeza. Luego cede a un impulso poderoso de lamerle todo su cráneo liso, decididamente los cráneos de los huevos que realmente la han puesto mojada! Papi George entonces aprovecha para frotar su cabeza sobre sus tetas y su coño que acaba de probar con la boca. Incluso cuando ella se deja lamer, esta puta rubia no puede dejar de acariciar su cabeza, esto está mojando su entrepierna que! Un golpe por delante, un golpe por detrás, y allí se descarga todo su jugo en el vientre de nuestra perra gerontofil. Una limpieza final con la lengua y la hermosa Helena da las gracias a papi George con una gran sonrisa dulce.
